Embarcaciones y motos acuáticas: normas de comportamiento en las costas españolas
Tras el accidente mortal de una embarcación frente a las costas de Mallorca: se reavivan las normas de comportamiento La muerte de Guillem C., de 20 años, atropellado por un alemán y su yate de lujo cerca de Cala Bona, ha desatado un debate sobre la seguridad en el mar. Muchos reclaman nuevas y, sobre todo, más estrictas normas y, por supuesto, controles, con las correspondientes consecuencias. Cualquiera puede alquilar una embarcación de hasta 15 CV y surcar las aguas como «barquero», sin ningún conocimiento. Esta relajación en el sector de la navegación ha provocado un aumento considerable del número de embarcaciones en Baleares en los últimos años. Pero, ¿cómo comportarse correctamente como patrón de una moto acuática?
Básicamente, el tráfico en el mar no está regulado de forma muy distinta que en las carreteras.
Las normas básicas de tráfico en el mar son internacionalmente vinculantes, desde las reglas de preferencia de paso cuando dos barcos se encuentran hasta las normas de velocidad cerca de la costa. Por ejemplo, el tráfico motorizado en el mar no puede acercarse a menos de 200 metros de la playa y 50 metros de la costa. En cuanto la embarcación haya bajado de la marca de los 200 metros, podrá circular a una velocidad máxima de 3 nudos.
Además, las motos acuáticas sólo pueden navegar a 200 metros de la costa. Si un conductor de moto acuática se acerca al puerto, debe reducir considerablemente su velocidad (máximo 3 nudos) y circular en zigzag.
La cuestión de la seguridad es aún más grave. Incluso las motos acuáticas normales pueden alcanzar velocidades de hasta 80 kilómetros por hora.
Para poder conducir una moto acuática en las Islas Baleares (no para poder hacerlo), basta con realizar un curso de seis horas sin aprobar un examen. En Mallorca, los proveedores anuncian que el curso puede completarse en cinco horas o menos, y el coste del permiso es de sólo unos cientos de euros.
Tolerancia cero con el alcohol y las drogas
Otro factor: mucha gente se va de vacaciones cuando está en el mar. Esto significa que a veces se sueltan la melena, beben alcohol o incluso toman drogas, aunque estén al timón. A menudo no son conscientes del peligro.
Desgraciadamente, la Guardia Civil sólo realiza pruebas de alcoholemia, entre otros, en caso de accidente.
No obstante: Manos fuera del alcohol y las drogas - ¡seguro al volante!
¿Controles? Falta de personal
La falta de personal y equipamiento de las autoridades competentes es grave. La Guardia Civil sólo dispone de tres grandes patrulleras, todas ellas estacionadas en Palma. También hay una embarcación provisional en Porto Pí y una lancha mejor en Cabrera. Con sólo cinco embarcaciones, es imposible vigilar eficazmente miles de barcos y otras embarcaciones en el mar.
Hay poco apoyo por parte del gobierno balear en lo que respecta a la vigilancia en el mar. La Dirección General de Puertos de las islas sólo cuenta con dos inspectores. Además, trabajan al límite, sobre todo este año. Los empleados ya han realizado 189 inspecciones hasta la fecha. En comparación con las 109 de todo el año pasado.