16/3/2024
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¿Qué hace que el Pasaje de Drake sea la ruta de navegación más peligrosa?


¿Le gusta la aventura? Sí, por supuesto, pero navegar por el Pasaje de Drake con un pequeño velero es más que una aventura. Es la ruta de navegación más peligrosa. Enumeramos todas las razones para que se quede en casa y vea vídeos de YouTube sobre el Pasaje de Drake en lugar de pasar por allí.


El Pasaje de Drake está considerado una de las rutas marítimas más peligrosas debido a varios factores clave:

Condiciones meteorológicas extremas: El paso es tristemente célebre por sus feroces vientos, que a menudo alcanzan fuerza de vendaval o superior. Estos vientos, combinados con patrones meteorológicos que cambian rápidamente, pueden generar olas masivas y tormentas intensas que suponen riesgos significativos para los buques.


Olas embravecidas: Los fuertes vientos y corrientes en el Pasaje de Drake pueden dar lugar a olas excepcionalmente grandes, que pueden alcanzar alturas de más de 30 metros (100 pies). Estas olas impredecibles suponen una grave amenaza para los buques, que pueden zozobrar o sufrir graves daños.

El siguiente vídeo muestra el efecto de las olas desde un gran crucero:

Icebergs y témpanos de hielo: Aunque no tan frecuentes como en las regiones polares, los icebergs y los témpanos de hielo siguen estando presentes en el Pasaje de Drake, sobre todo durante el verano austral. Estos peligros flotantes aumentan el riesgo de colisiones y daños a los buques, especialmente con mala visibilidad o mar agitado.


Estrechez y aguas poco profundas: A pesar de ser uno de los pasos oceánicos más anchos, el Pasaje de Drake es relativamente estrecho y poco profundo en comparación con otras grandes travesías oceánicas. Esto puede dar lugar a mares abruptos y confusos, lo que dificulta aún más la navegación y aumenta la probabilidad de accidentes.


Ubicación remota y asistencia limitada: El Pasaje de Drake está situado lejos de los principales puertos o instalaciones de rescate, por lo que la asistencia tarda en llegar en caso de emergencia. La naturaleza remota e inhóspita de la región antártica circundante se suma a los desafíos de llevar a cabo operaciones de rescate.


Aislamiento y condiciones duras: El paso está rodeado por el entorno hostil del Océano Antártico y la Antártida, caracterizado por el frío extremo, el hielo y el aislamiento. Estas condiciones crean riesgos adicionales para los buques y la tripulación, amplificando los peligros asociados a la navegación por el Pasaje de Drake.


Aislamiento y asistencia limitada: El Pasaje de Drake está situado lejos de los principales puertos o instalaciones de rescate, lo que significa que la asistencia puede tardar en llegar en caso de emergencia. La naturaleza remota e inhóspita de la región antártica circundante agrava aún más las dificultades para llevar a cabo operaciones de rescate.

También las corrientes del Pasaje de Drake lo hacen peligroso en este sentido:

Corriente Circumpolar Antártica (CCA): Esta corriente fluye rápidamente de oeste a este alrededor de la Antártida. Es la corriente oceánica más ancha y rápida del mundo. En el Pasaje de Drake, se acelera más, haciendo que los mares sean turbulentos e impredecibles.


Confluencia de corrientes: En el Paso de Drake confluyen otras corrientes procedentes de los océanos Atlántico y Pacífico. Entre ellas se encuentran la corriente de las Malvinas desde el norte y la deriva del viento del oeste desde el sur. Cuando estas corrientes se combinan, intensifican el flujo de agua, creando remolinos y condiciones turbulentas.

Corrientes de marea: Aunque no tan significativas, las corrientes de marea también afectan al Paso de Drake. No son tan fuertes como en otros lugares, pero aun así pueden influir en la navegación, especialmente cuando se combinan con la potente ACC. Estas corrientes de marea pueden dificultar aún más la navegación de los barcos a través del paso.

Efectos en la navegación: Las corrientes en el Pasaje de Drake plantean desafíos para la navegación. Los buques deben enfrentarse a corrientes fuertes e imprevisibles que afectan a su velocidad, dirección y estabilidad. Navegar contra la corriente requiere mucha potencia y combustible, mientras que ir con ella exige prestar mucha atención para evitar desviarse del rumbo o entrar en zonas peligrosas